Les cuento una anécdota porque mucha gente me mira a veces como si todo lo que hoy hago se me hubiera dado fácil o como si hubiese nacido con el don de ser equilibrada, fuerte o enérgica, y no hay nada más alejado de la realidad. 

Así como digo que la vida es de momentos y que el nivel de tu práctica de KO o Yoga, deporte o de tu trabajo, depende de cómo estás viviendo tu vida y de todos los aspectos que eres como ser humano. Hay tiempos buenos, tiempos malos, tiempos raros, tiempos abajo, tiempos arriba, y eso señores es lo lindo de la vida. Pero hoy quiero recordar a todo aquél que siente que no está logrando algunas cosas. 

Recordaba mi historia: cuando llegué a vivir sola a España hace más de 20 años. Tuve unas bellas roomates que no sé cómo aguantaron mi ritmo de fiesta jajaja. Luego la mayoría se fue y quedé con una amiga a la que quiero con mi alma. Cuando le pregunté: ¨¿vivimos juntas?¨, me dijo: ¨NO, necesito mi espacio, otro ritmo, otra forma¨. Y yo, MISS DEPENDENCIA casi me muero, no podía creer lo triste y abandonada que me sentí. Pero… como debe ser en la vida, respiré, aguanté, me recogí y seguí adelante.

Me duró unos meses entender por qué no quiso vivir conmigo y hacerse un poco cargo de mis rollos y dramas, pero pasó. Pasó porque tenía que pasar, pasó porque yo necesitaba un NO para despertar en algunos aspectos, pasó porque la vida me quería enseñar a dejar de depender y a intentarlo, pasó porque así es la vida y es absolutamente OBVIO que todos tenemos que aprender a decir NO cuando toca, a decir SI a lo que nos hace bien y CHAU a lo que nos drena, o cansa, o sobrecarga de responsabilidad o mochila que no es nuestra (hoy nos amamos y somos íntimas amigas OJO).

Gracias a Dios esta amiga querida en ese momento me dijo NO. NO puedo cargar contigo, porque me obligó a encontrar la ruta y empezar a entender que no podemos depender de nadie para ser felices y que no es justo tirar la responsabilidad de nuestra felicidad o bienestar tampoco a nadie (porque tomó buen tiempo entenderlo).

Me costó entender que yo incomodaba porque dependía. Me costó entender que dependiendo no crecía. Me costó entender que NO fue abandono, fueron alas. Me costó entender, pero cuando lo viví y superé y entendí… solo me sentí poderosa, capaz, fuerte, feliz.

¿Por qué te cuento todo esto? Porque tú sabes cómo eres y nadie va a hacer el cambio por ti: Es tu tarea, es tu trabajo, es tu responsabilidad parar cada día a revisar tu vida, a revistarte, a sentirte y a verificar qué estás siendo TÚ, que eres auténtico, que eres autosuficiente, que te quieres y valoras, que te haces responsable de ti y tu vida, que tus acciones sean en coherencia y que ¿si no?… lo aceptas, enmiendas, rediriges energía y acción, y cambias la ruta.

Está en nosotros decidir cada mañana no depender. Y también, avisar a quien nos quiera cargar su mochila que NO, que no podemos con el peso extra, que la vida es suficientemente compleja y que intentemos juntos ir más ligeros, sumarnos, elevarnos, pero no haciendo cosas que nos hagan daño o drenen para evitarle el sufrimiento al otro.  Las dificultades nos hacen crecer y nadie puede pasarlas por nosotros. TOMA NOTA por favor. Hoy te recuerdo: enamorarte de todo aquello que hoy te esté retando porque te está construyendo, está modelando tu personalidad, creando tu carácter, haciéndote más fuerte, más capaz, más coherente, más bonita persona. 

Si hoy estás dependiendo… para, siente y decide dejar de hacerlo. Tomar consciencia de ello es tu primer paso. ¿De qué o de quién estás dependiendo para sentirte feliz?  Y si hoy estás cargando con peso ajeno, ¡tal vez te atreves ahora a decir basta, no puedo con tu mochila! HABLAR es el secreto, y con amor es infalible.

¡Que tengas lindo día! Besos.